domingo, 18 de diciembre de 2011

ADIOS CORLEONE

Llevo semanas pensando en este post y aún no tengo claro qué escribir. Solo sé que es el fin de Corleone, fin que sin querer comenzó gracias a uno de los últimos temas que toqué: "El Ayahuasca". La liana de los espíritus, la raíz que otorga cualidades visionarias a quien la acoge en su organismo, la posibilidad de ver un poco más allá de lo que solía.

A raíz de ese encuentro se abrieron muchas puertas que antes para nada estaban en mi agenda, búsqueda que partió de aquella conversación entre José y Carl al terminar la sesión, conversación que en su momento no tomé en cuenta pero que dos semanas después llegó a mi mente como por arte de magia. Tema que en su momento me obligó a investigar acerca de los Anunakis y todo lo demás cayó por su propio peso, para hoy en día a algo más de un año haberme reencontrado con muchas cosas dejadas de lado, a valorar el día a día, a respetar a la madre tierra, a guardar silencio antes de hablar mal de una persona, a darme cuenta del poder de la mente y lo maravillosos que somos sin darnos cuenta de ello. A hacer lo posible por obrar de modo correcto y saber que ello rinde sus frutos, a sembrar para cosechar, a saber que hay un Dios que puede tomar distintos nombres según la cultura o región en que hayamos nacido y a quien tenemos la oportunidad de ver día a día, en la sonrisa de un amigo, en el árbol de la puerta de tu casa, en las pinturas que nos regala el cielo todos los días al atardecer o en lo inmenso del mar.

Gracias a esa “sintonía” conocí a varias personas que han aportado conocimientos a mi ser, con quienes comparto y con quienes conversando me siento bien y lo más interesante de todo es el modo en que los he conocido, siempre de modo casual. Pero en realidad nada en la vida es casual, todo es causal y estoy seguro de ello. Pues no es una coincidencia el que José haya pensado en mí cuando conversó por primera vez con Carl y le comentó lo del Ayahuasca, no es casual el haber conocido a los chicos de ciclismo consciencial un viernes por la noche cuando tomaba un pisco en Pueblo Libre y se aparecieron en tropel por el parque de enfrente, no es casual haber conocido al amigo Jose Luis En aquel viaje por el mediterraneo y enfrascarnos en una conversación de horas que parecieron minutos, pues amdábamos inmiscuidos en los mismos temas, por citar algunas pocas situaciones. Sí, nada es casual, todo es causal.

Hace ya un tiempo unos amigos me preguntaban sobre el blog y el por qué últimamente no escribo, o que lo que escribo es muy “soft” y ya no cuento las pendejadas de antes.

Cuando inicié esta aventura tenía en mente mil “pendejadas” o aventuras que había hecho y hasta hice una lista de ellas para escribir sobre alguna cada vez que me sintiece con ganas de parir algo. El problema es que hoy en día leo las historias y con sinceridad, no generan la emoción que generaron en su momento o cuando las escribí. No me avergüenzo de haberlas vivido y menos escrito pero tampoco me siento orgulloso de ellas.

Como decía involuntariamente mi último post: “Estoy cerrando puertas” y creo q es hora de cerrar la de este blog. No sé si por el momento, ya que siempre me ha gustado escribir y quizá podría ser acerca de otros temas. Ya veremos que será lo que la vida nos plantee, lo cual seguro de que ha de ser muy bueno, por el momento solo puedo decir : Adiós Viejo Corleone, se te estima y quiere, pero es hora de cambiar.